martes, 26 de mayo de 2020

RUBÉN BAREIRO SAGUIER





Murales



En la pared
encontré un nombre escrito y una fecha.
Salud, compañero, contesté el mensaje,
y me sentí menos solo.
En el muro de enfrente
alguien ha dibujado
un rancho de dos aguas,
con su corredor y su cocotero.
Cuando la sombra aleve
me aprieta las pupilas,
el ranchito, de golpe,
abre una ventana con sol:
una bocanada de vida.


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