jueves, 26 de noviembre de 2020

ANA GORRÍA

 

  

 

Con su aleteo haciéndose a sí misma

 

Ángel Crespo

 


El rayo que acaricia las paredes. La mañana
que inicia su lenta melodía de compás
sin estruendo.

 

El calor que amanece sobre la piel dormida.

 

La garra, la gangrena.

 

La cálida eclosión de los contornos,
esa explosión sin límites,
hacia un pozo desnudo y sin salida.

 

 

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