Sabbat
Los
polígonos, las áreas comerciales, las oficinas iluminadas. En todas partes el
rostro de la angustia, los horarios, y esa puerta que nunca cierra. El
cansancio de abrimos sábados tarde, el lunes se lo instalan, Antonio, acompaña
al señor hasta la puerta. Y
las tarjetas pasando por las ranuras, los coches atestados de familia, los
teléfonos de servicio. Dulces operadoras que trabajan hasta muy tarde,
ahorrando para un sábado futuro de zapatillas, cine en casa y ojos
cerrados. Buenas
tardes, le atiende Luisa, en qué puedo ayudarle.
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