Final
Era era.
Sus manos nacían al lado de cada cosa
y de cada flor.
Temíase siempre su rotura
y a ella parecían converger los números y las estrellas.
El amanecer encontraba sus cabellos perdidos
y sus ojos depositados en sus propias orillas.
La noche la sorprendía siempre entregada a
sus oficios más antiguos
acompasándose de un corazón nuevo y silencioso.
Era solícita y tempestuosa
y no se parecía en nada a la luna.
Era era.
Sus manos nacían al lado de cada cosa
y de cada flor.
Temíase siempre su rotura
y a ella parecían converger los números y las estrellas.
El amanecer encontraba sus cabellos perdidos
y sus ojos depositados en sus propias orillas.
La noche la sorprendía siempre entregada a
sus oficios más antiguos
acompasándose de un corazón nuevo y silencioso.
Era solícita y tempestuosa
y no se parecía en nada a la luna.
De: "Poemas do si e
non"
Versión de Vicente Araguas
No hay comentarios:
Publicar un comentario