Café
popular
Gentes
endomingadas, discreteos banales…
un galán dice un lindo madrigal a Rosina,
que es una burguesita romántica y divina
con los ojos cargados de visiones nupciales.
Olor
de ropa limpia que aromó la manzana
del arcón familiar. Surge como una estrella,
exótica, entre el trueno de alegría plebeya,
una linda que es una marquesa verleniana.
Llora
el piano una vieja y triste cavatina;
sueña y vierte una lágrima romántica Rosina;
enmudece el horrísono clamor dominical.
La
melodía apaga las risas populares
y pone una encantada hora sentimental
en la monotonía de esas vidas vulgares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario