De
aquello que, amado, se pierde por incuria
Es
un instante, un respiro, una mirada,
un
fragmento de piel entre el jeans
y el
suéter,
una
mano sobre la chaqueta que te empuja.
Se
ahoga en un vaso de agua,
se
muere por una zancadilla,
se
pierde por una nadería.
Hace
frío, aquí, y el corazón casi no bate más.
Aprieta
fuerte la mano, después me percibes mariposa,
aminoras
la presa y me pierdes.
Falta
siempre algún segundo al toque,
tu
campanario marca horas diferentes,
la
liturgia de los pensamientos está descentrada.
En
un destello nos divide
una
galaxia desconocida.
Sin embargo,
a veces
como
golondrinas volamos al unísono.
Versión
de Carlos Sánchez
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