Poema del desamor
Ahora
en la hora del desamor
Y
sin la rosada levedad que da el deseo
Flotan
sus pasos y sus gestos.
Las
sonrisas sonámbulas, casi sin boca,
Aquellas
palabras que no fueron posibles,
Las
preguntas que sólo zumbaron como moscas
Y sus
ojos, frío pedazo de carne azul.
Días
perdidos en oficios de la imaginación,
Como
las cartas mentales al amanecer
O
el recuerdo preciso y casi cierto
De
encuentros en duermevela que fueron con nadie.
Los
sueños, siempre los sueños.
¡Qué
sucia es la luz de esta hora,
Qué
turbia la memoria de lo poco que queda
Y
qué mezquino el inminente olvido!
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