jueves, 13 de junio de 2019

LUIS ALFREDO GASTÉLUM




  
Homónima



La ciudad es homónima a la casa. Se asemejan incluso en el durísimo suelo que las fragua, en el olor a insecticida: capa del ambiente. A las dos las bautizaron un día que llovieron astros como puñaladas, un día que un dios subió a la tierra para ahuyentar zopilotes. Se asemejan porque siempre hay toque de queda, y apenas suena la trompeta, se sacuden las sábanas, tiembla el sueño.
La ciudad es homónima a la casa, el nombre es lo de menos.



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