el
enemigo sentimental
Temo
el frío del hombre, el ancho río,
la
aurora gélida, mi cuerpo en hambre.
Devástame
de mí. Soy el calambre
que
roe el candil donde mi ciño.
Calienta
en el fragor la tumba helada.
Inúndame
de él. Un cuerpo nimio
se
escarcha en la sombra que me agarra.
Helándome
de mí soy mi enemigo.
De: “Las naciones hechizadas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario