La queja de Adán
Hay
quienes,
no importa qué les des,
también quieren la luna.
El
pan,
la sal,
carne blanca y roja,
y todavía tienen hambre.
La
cama matrimonial
y la cuna,
y siguen con los brazos vacíos.
Les
das la tierra,
su propia tierra bajo los pies,
y se lanzan al camino.
Y el
agua: cavá el pozo más hondo,
que no será suficiente
para beber en él la luna.
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