martes, 30 de enero de 2018

EDGAR VALENCIA




Escalera 



al
bajar
la escalera
primero un pie
después el otro, así
lo aprendo, veo cómo uno,
un pie, responde a cierto impulso
de caída siempre a tiempo y espacio
adecuado a la medida del zapato ­–ahora dicen
que el tamaño ya no importa–, justo en el instante
en que mi pie no cabe en el peldaño maya del Castillo,          y tropiezo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario