jueves, 6 de abril de 2017

ÁNGELA GENTILE




Poema I                     

Un anciano que muere es una
biblioteca que se quema.



Óyeme andar,
cree en los nombres que hilvano.
Te diré que llueve en la tierra
y sabrás que hay geografías de hambre.
Exilia de mí las voces de tus pájaros,
los vencejos del día,
la ausencia que fundó mi calendario.
Porque transité tus párpados
en busca del viento de tu astrología,
de oír tu voz arribar con el sudeste,
y el agua de tus vértebras
subir y multiplicarme.


De: Escenografías.                  


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