miércoles, 23 de julio de 2014

PEDRO LÓPEZ ADORNO



 

Amoroso ajedrez


 

Aunque muchos piensen que las piezas
no existen, este caprichoso ajedrez
vuelve a sus lechos.

Vuelven las aperturas. Su imán
peligroso. EI magín en que uno
es el peón iluso. Evade
cuanta trampa aparezca. Vence
contrincantes de peso en esa cima
en que todo se pierde.

Allí la esencia de la combinación
inolvidable. La inusitada escaramuza.
Los cuadros de una noche que no tenga
fin. Esquivar damas de humo
en tránsito al combate.

Como si fuese uno
entregándose a la contienda
al final del camino. Complicidad
de las capturas. Arrebato
cuerpo a cuerpo.

Todo feroz porque siempre es más
sutil el desengaño.

 

 

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