La
exaltación de la piel
Hoy quiero con la violencia de la dádiva prohibida.
Sin lirios y sin lagos
y sin el gesto vago
desprendido de la mano que un sueño agita.
La savia existe. Y el instinto. Existo yo
suspendida de mundos centelleantes por las venas
mitad mujer y mitad mar como las sirenas.
De: “El sol de noche y la luna de día”
Hoy quiero con la violencia de la dádiva prohibida.
Sin lirios y sin lagos
y sin el gesto vago
desprendido de la mano que un sueño agita.
La savia existe. Y el instinto. Existo yo
suspendida de mundos centelleantes por las venas
mitad mujer y mitad mar como las sirenas.
De: “El sol de noche y la luna de día”
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