X
Deja
crecer las voces de la noche,
crecer con hojas
desprendidas, volar, caer al sueño
en el estanque
donde brotan los besos del rocío.
Deja correr las lágrimas calientes
de la memoria
mar adentro, a las cámaras de oro.
Deja
correr las horas enlazadas
lentas, danzando,
volar, volar hacia el color del día,
y en las palabras
detenerse al instante de mirarnos,
y sabernos amor toda la vida.
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