sábado, 3 de enero de 2015

ENRIQUE LARRETA

 

Los libros

 

¿Qué puede haber mejor que este severo
refugio, silencioso, rumoroso?
Hospital de pesares y reposo
del más hondo vivir. Papel y cuero

de infolios y un tufillo rinconero
sahuman la paz del aire penumbroso
y lo intelectualizan. Polvoroso,
del tiempo, residuo prisionero.

Como cosa de mundos submarinos,
rico a su vez de nácares internos
en sus espirituales torbellinos,

así este caracol guarda y profiere
un inmenso latir. Pulsos eternos
de aquella juventud que nunca muere.

 

 

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