sábado, 3 de enero de 2015

GARCILASO DE LA VEGA

 

XV

 

Si quejas y lamentos pueden tanto,
que el curso refrenaron de los ríos,
y en los diversos montes y sombríos
los árboles movieron con su canto;

si convirtieron a escuchar su llanto
las fieras tigres y peñascos fríos;
si, en fin, con menos casos que los míos
bajaron a los reinos del espanto,

¿por qué no ablandará mi trabajosa
vida, en miseria y lágrimas pasadas,
un corazón conmigo endurecido?

Con más piedad debería ser escuchada
la voz del que se llora por perdido
que la del que perdió y llora otra cosa.


 

 

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