miércoles, 5 de noviembre de 2014

LUIS HERNÁNDEZ



Mi corazón

 

Se enredó
Y desde entonces
En tu alma
Dormían los paisajes
Y la flor perpetua
De los jardines
Jamás recorridos. Tú
Y una tarde
Que acontece tú
Me hablabas
De algo me hablas
Pero el brillo de tu corazón
Te oculta
Algo me dices
Pero el estruendo
De tu alma
Me impide
Sobre el mar
Veíamos el transcurso
Del verano las flores
Del Estío las joyas
La armonía que
No debe ser quebrada.

 

 

JORGE EDUARDO EIELSON



Ceremonia solitaria bajo la luz de la luna

 

La masturbación es un caballo blanco
Galopando entre el jardín
Y el baño de mi casa
La masturbación se aprende
Mirando y mirando la luna
Abriendo y cerrando puertas
Sin darse cuenta que la entrada y la salida
Nunca han existido
Jugando con la desesperación
Y el terciopelo negro
Mordiendo y arañando el firmamento
Levantando torres de palabras
O dirigiendo el pequeño pene oscuro
Posiblemente hacia el alba
O hacia una esfera de mármol tibio y mojado
O en el peor de los casos
Hacia una hoja de papel como ésta
Pero escribiendo tan sólo la palabra
Luna
En una esquina
Pero sobre todo
Haciendo espuma de la noche a la mañana
Incluidos sábado y domingo.

 

De "Ceremonia solitaria"

 

 

MARIANO MELGAR



Soneto

 

No nació la mujer para querida,
por esquiva, por falsa y por mudable;
y porque es bella, débil, miserable,
no nació para ser aborrecida.

No nació para verse sometida,
porque tiene carácter indomable;
y pues prudencia en ella nunca es dable,
no nació para ser obedecida.


lo que es flaca no puede ser soltera,
porque es infiel no puede ser casada,
por mudable no es fácil que bien quiera,

Si no es, pues, para amar o ser amada,
sola o casada, súbdita o primera,
la mujer no ha nacido para nada.

 

 

NICOMEDES SANTA CRUZ




Cantares Campesinos

 

El agua la manda el cielo,
la tierra la puso dios.
Viene el amo y me la quita,
¡la p…ita que se partió!

A ver, respóndame, hermano:
si esta fue tierra ´e los incas
¿de donde hay dueños de fincas
con títulos en la mano?
Pa mí que al pobre serrano
le vienen tomando el pelo.
Acequia, puquio, riachuelo
todo en títulos se fragua.
¿De ´onde tiene dueño l´agua?
¡el agua la manda el cielo!

Y por último, los incas
no han sido los más primeros;
antes los huancas ´stuvieron
y antes que ellos los mochicas.
Ora hay haciendas tan ricas
pa sólo un dueño o pa dos
y gritan a toda voz
que heredaron de su padre…
¡Que no me vengan, compadre,
la tierra la puso Dios!

Donde no hay minas de gringos
hay tierras de gamonales,
pagan míseros jornales
y te andan a los respingos.
Se trabaja los domingos
Más pior que en tiempo ´e la mita.
Y hasta si tengo cholita
para mi pobre querer,
por el gusto de …poder
viene el amo y me la quita.

Creo que, ultimadamente,
debiera ser propietario
quien fecunda el suelo agrario
con el sudor de su frente.
Así espera nuestra gente
y así mesmo espero yo.
Y así ha de ser, pues si no
a gringos y gamonales
vamo a recontrasacarle
¡la p… ita que se partió!

 

 

ANTONIO CISNEROS

 

Tranvía Nocturno

 

Sido como fui el fauno real de Niza, la pantera -de
Argel- en el Hyde Park, gárgola alegre del
valle de Huamanga,
oh vedme convertido en el gorgojo tuerto del Danubio:
pimientos y vigilias sin rumbo y sin respuesta.
Virgen necia entre las vírgenes prudentes, un solo ojo
apestado que no ve
el cielo atrás del cielo, el triunfo de los hombres
que vendrán.
Sin lámpara de aceite que descubra las más verdes colinas
en los ojos
de un borracho fondeado en el tranvía a la hora del búho.
Campos de ámbar y avena que no oteo, gorgojo que ahora
evito:
No hay días venideros, apenas un tranvía cargado de
borrachos
como un carbón prendido entre la niebla.

 

 

 

MIGUEL ÁNGEL ZAPATA



El arbol de la dicha

Para Rose Shapiro, in memoriam

 

El árbol de la dicha te dice al oído
escucha mis hojas/ remece mis
ramas/ piensa en el ciprés y sus
brazos de viejo sabio/ siente
el pájaro que se posa en mi rama
y lee los salmos de la vida leve/ :
el río baja y no deja sombra,
sus arcos se sostienen a pesar
de la lluvia y la tormenta/

Este cáliz se levanta
y roza el infinito/
nunca morirán las hojas ni dejarán
de volar los pájaros/
el cáliz y la cesta con frutas vivirá
en la boca de los vivos/
el viento susurra palabras de agua/
y el cielo como la arena nunca para
de insistir en la calle de la pupila/
solo el aire sabe del río y de su bruma/
el agua que corre incesante en busca
de tus manos