lunes, 27 de julio de 2015

JULIÁN DEL CASAL


 

8. Tristissimanox


Noche de soledad. Rumor confuso
hace el viento surgir de la arboleda,
donde su red de transparente seda
grisácea araña entre las hojas puso.

Del horizonte hasta el confín difuso
la onda marina sollozando rueda
y, con su forma insólita, remeda
tritón cansado ante el cerebro iluso.

Mientras del sueño bajo el firme amparo
todo yace dormido en la penumbra,
sólo mi pensamiento vela en calma,

como la llama de escondido faro
que con sus rayos fúlgidos alumbra
el vacío profundo de mi alma.


 

De "Mi museo ideal":

 

SALVADOR DÍAZ MIRÓN


 

Con qué dolor, y válgame ser franco...


¡Con qué dolor, y válgame ser franco,
trazo los versos que a mi lado impetras!
Esta cuartilla de papel en blanco
me parece una lápida sin letras.

Tristísimo recuerdo me acongoja
y pienso, visionario como un zafio,
que escribo, no una endecha en una hoja,
sino sobre un sepulcro un epitafio.

No extrañes, no, que mi razón sucumba
a esta ilusión que envuelve algo de cierto
porque, ay, tu corazón es una tumba
desde el instante en que tu amor fue un muerto.

¡Tu amor! Ve el mío que cual ámbar de oro
paréceme que nunca se consume,
que ni siquiera sufre deterioro
aunque despida sin cesar perfume.

Mas ¿a dónde me lleva mi extravío?
Perdona a mi amargura ese reproche.
Por ti puedo decir como el judío:
¡un ángel ha pasado por mi noche!

Por ti en el molde general no cupe;
quise ovaciones, codicié oropeles
y en la tribuna y con la lira supe
ganar aplausos y obtener laureles.

Después... ¡mi gloria huyó con mi ventura
y, como nube tenebrosa, el duelo
ha cerrado en mi alma la abertura
que daba grande y esplendente al cielo!

Adiós. Dejo a tus plantas un gemido
y retorno a la sombra más espesa
pues vuelvo a la que reina en el olvido,
y no hay otra tan negra como ésa.


 

 

 

DELMIRA AGUSTINI


  

Exégesis


¡Pobres lágrimas mías las que glisan
a la esponja sombría del Misterio,
sin que abra en flor como una copa cárdena
tu dolorosa boca de sediento!

¡Pobre mi corazón que se desangra
como clepsidra trágica en silencio,
sin el milagro de inefables bálsamos
en las vendas tremantes de tus dedos!


¡Pobre mi alma tuya, acurrucada
en el pórtico en ruinas del recuerdo,
esperando de espaldas a la Vida
que acaso un día retroceda el Tiempo...!

 

 

 

MANUEL F. MESA SECO


 
 

Egresar no es morir

 

Supongamos que regreso. Que estoy volviendo
a un punto de partida. Volviendo a la esquina
o lustrándome los zapatos. Para viajar
a la otra puerta del camino.

Las telarañas han caído de mi piel.
Puedes confundirme con un armario
lleno de un olor obsceno.

Y hay que subir al vagón. Subir
a la rama donde el pájaro pasará la tempestad
escuchando las pisadas de hierro
de los conquistadores.

Porque al regreso ya no soy la misma agua
ni el mismo ojo ni la misma calle.
He salido de las sábanas
quebrando la espesura.

Esta corbata fuera. Esta revista
que es todo mi equipaje filosófico.
Y deberé partir (piedra que cae
en una noria).

 

 

 

JOSÉ MARÍA HINOJOSA




Calma    
                                                A Luis Buñuel



¿Dónde se acaba el mar?
¿Dónde comienza el cielo?
Los barcos van flotando.
o remontan el vuelo?


Se perdió el horizonte,
en el juego mimético
del cielo y de las aguas.

Se fundió el movimiento,
en un solo color
azul, el azul quieto.

Se funden los colores;
se apaga el movimiento.

Un solo color queda;
no existe barlovento.

¿Dónde se acaba el mar?
¿Dónde comienza el cielo?

 

PAZ MOLINA

 


Movimiento

 
 
Hay que mover la vida ,hay que menearala
como la cola de una lagartija.
Hay que alzarla como un paraguas rojo.
Hay que ensartarla en el tiempo
como un puñal de oro

Y que huya la muerte con sus dientes de plástico
que corra infelíz
que sienta escalofríos.

Hay que mover la vida
con un movimiento de tren imprevisible.
Que cruce las froteras de lo mágico.
Que pague los pasajes definitivos.

Y en asiento de primera clase
observe su propia carrera por la ventanilla
presurosa de una premura insufrible,
atareada en la perspectiva de lo último.