martes, 15 de septiembre de 2015

GABRIEL ZAID




Animal fantástico



Un brazo nada más no es cosa mala
Si ves que el otro se convierte en ala.

Y para qué dos pies, no es cosa buena,
Si a cuatro viva el alma suena.

Tener mil pares de ojos para ver.
Te- ver-te- ver- te- ver.

Y dos espaldas para tanta gente
Que sueña, pero sigue la corriente.


ALFONSO REYES OCHOA







Vives en mí, pero te soy ajeno,
Recóndito ladrón que nunca sacio,
A quien suelo ceder, aunque reacio,
Cuanto suele pedir tu desenfreno.

Me quise sobrio, me fingí sereno,
Me dictaba sus máximas Horacio,
Dormí velando, festiné despacio,
Ni muy celeste fui, ni muy terreno.

Poco me aprovechó vivir alerta,
Si del engreimiento vanidoso
Hallaste tú la cicatriz abierta.

Hoy quiero rechazarte, y nunca oso.
¡Válgame la que a todos nos liberta,
Y al orden me devuelve y al reposo!


XAVIER VILLAURRUTIA GONZÁLEZ




Nocturno de la estatua



Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
Y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
Querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
Querer asir el eco y encontrar sólo el muro
Y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
Sacarla de la sangre de su sombra,
Vestirla en un cerrar de ojos,
Acariciarla como a una hermana imprevista
Y jugar con las flechas de sus dedos
Y contar a su oreja cien veces cien cien veces
Hasta oírla decir: "estoy muerta de sueño".



JAIME SABINES GUTIÉRREZ




Lento, amargo animal



Lento, amargo animal
Que soy, que he sido,
Amargo desde el nudo de polvo y agua y viento
Que en la primera generación del hombre pedía a Dios.

Amargo como esos minerales amargos
Que en las noches de exacta soledad
-Maldita y arruinada soledad
Sin uno mismo-
Trepan a la garganta
Y, costras de silencio,
Asfixian, matan, resucitan.

Amargo como esa voz amarga
Prenatal, presubstancial, que dijo
Nuestra palabra, que anduvo nuestro camino,
Que murió nuestra muerte,
Y que en todo momento descubrimos.

Amargo desde dentro,
Desde lo que no soy,
-Mi piel como mi lengua-
Desde el primer viviente,
Anuncio y profecía.

Lento desde hace siglos,
Remoto -nada hay detrás-,
Lejano, lejos, desconocido.

Lento, amargo animal
Que soy, que he sido.



MANUEL MARÍA FLORES





Flor de un día



Yo di un eterno adiós a los placeres
Cuando la pena doblegó mi frente,
Y me soñé, mujer, indiferente
Al estúpido amor de las mujeres.

En mi orgullo insensato yo creía
Que estaba el mundo para mí desierto,
Y que en lugar de corazón tenía
Una insensible lápida de muerto.

Mas despertaste tú mis ilusiones
Con embusteras frases de cariño,
Y dejaron su tumba las pasiones
Y te entregué mi corazón de niño.

No extraño que quisieras provocarme,
Ni extraño que lograras encenderme;
Porque fuiste capaz de sospecharme,
Pero no eres capaz de comprenderme.

¿Me encendiste en amor con tus encantos,
Porque nací con alma de coplero,
Y buscaste el incienso de mis cantos?...
¿Me crees, por ventura, pebetero?

No esperes ya que tu piedad implore,
Volviendo con mi amor a importunarte;
Aunque rendido el corazón te adore,
El orgullo me ordena abandonarte.

Yo seguiré con mi penar impío,
Mientras que gozas envidiable calma;
Tú me dejas la duda y el vacío,
Y yo en cambio, mujer, te dejo el alma.

Porque eterno será mi amor profundo,
Que en ti pienso constante y desgraciado,
Como piensa en la gloria el condenado,
Como piensa en la vida el moribundo.



JAIME MARIO TORRES BODET



  
Canción de las voces serenas



Se nos ha ido la tarde
En cantar una canción,
En perseguir una nube
Y en deshojar una flor.

Se nos ha ido la noche
En decir una oración,
En hablar con una estrella
Y en morir con una flor,

Y se nos irá la aurora
En volver a esa canción,
Y en perseguir esa nube
Y en deshojar esa flor,

Y se nos irá la vida
Sin sentir otro rumor
Que el del agua de las horas
Que se lleva el corazón...