"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 31 de enero de 2025
JAIME CAMPILLOS
Segundo Big Bang
Dormir
tendidos bocarriba aumenta el hambre,
en una erosión que se nos cae encima.
Has dejado la lencería en el cesto de la ropa sucia
con la compostura de quien espera
en el andén de una estación cerrada.
Entiendo tu soledad de entonces,
las noches de piernas cruzadas
y tus muertes por fuego amigo.
Es
cierto que desde hace horas
detienes la hemorragia poniendo la boca en la herida.
Vas perdiendo calidez.
Tal vez sepas que tus pendientes combinan
con un luto que todavía no conoces
y sueles ver tu reflejo aplastado
por la luz quirúrgica del baño
a partir de las doce.
Espera a mañana para darme la mano
y reanudar la marcha a pesar de los nubarrones,
hoy he seguido apilando las sobras de los platos,
el mundo de por sí ya es avaro
y les toma el pulso a los niños
para obligarlos a saltar del nido.
Mejor
eso que pasar nuestra vida
mirando el reloj cada quince minutos,
mordiéndonos las uñas,
a la espera de un segundo Big Bang
que haga desaparecer de mis labios
tu regusto a angostura.
De: “Los días siguientes”
MONTSERRAT FERNÁNDEZ
lleno
de esperas tengo el espinazo
que alguien lo cubra de esquirlas y yodo
como si fuese algo que tapar
un pie una tiroides
un reloj un relámpago
y si
no vuelves
que no me borren todas las esquinas
De: “Duerme sobre mi espinazo”
CRISTINA PERI ROSSI
Hybris
Los
viejos dolores vuelven a abrirse
no se habían ido
estaban escondidos
nunca se agotaron
cascada que no cesa
y agobian con su peso
y nublan con su escoria
devoran el presente
volviendo del pasado
Destilan su hybris putrefacta
para que ni siquiera puedas
morir en paz.
Todo
por no llorar.
De: “Fata Morgana”
PAULA ARBONA
Mi problema
Quizás
mi problema es
que no puedo ver un árbol.
Cuando veo un árbol,
veo un bosque.
Cuando veo una persona,
veo un pueblo.
Veo sus secretos,
su pasado,
su tormento.
Quizás mi problema es
que no puedo dejar de mirar
viendo aquello que no está.
THOM GUNN
Mis tristes capitanes
Uno
a uno ellos aparecen en
la obscuridad: pocos amigos,
algunos con históricos
nombres. ¡Qué tarde comienzan a brillar!
pero antes de desvanecerse quedan
perfectamente encarnados, todo
el
pasado cubriéndolos como un manto
de caos. Fueron hombres
quienes, pensé, vivieron solo para
renovar la fuerza derrochadora que
gastaron en cada caliente convulsión.
Me recuerdan a mí, distante ahora.
Cierto,
todavía no están en reposo,
pero ahora que están realmente
separados, alejados de los fracasos,
se retiran a una órbita
y giran con desinteresada
y dura energía, como las estrellas.
IVÁN URIARTE
Snapshot de Anne Sexton
Con
una sonrisa que no revela su pacto con la muerte
no
posa frente a la cámara se desposa con la eternidad
mientras las cálidas cenizas
de su cigarrillo
se encrespan
y su luenga afilada nariz
tensase desafiante.
Sus
negros ojos fijos parecen vislumbrar
silenciosa
tormenta
sin
más protagonista que ella misma
desdibujando
lentamente la esbozada sonrisa
previendo,
segura,
el
tormentoso fatal feliz instante.
jueves, 30 de enero de 2025
JAIME CAMPILLOS
Post punk
Echo
de menos tu voz a través de una hotline,
el colirio para fingir el llanto
y tu silueta pintada con tiza blanca sobre el asfalto.
Es igual que imaginar que alguien te abraza
en medio de un país post soviético
esperando una revolución.
Pero bostezo siempre que vuelvo
a casa en el transporte público
sabiendo que mis hombros
están llenos de crímenes pasionales.
De qué sirve rebelarse si ya te traigo
flores robadas de otra tumba.
De: “Los días siguientes”
MONTSERRAT FERNÁNDEZ
en
mi familia nadie morirá
de amor
lo
sé porque comemos fruta después de la comida
porque apagamos la luz cuando nos vamos a dormir
porque a quien madruga dios le ayuda
porque nos lavamos la cara antes del café
porque envolvemos los regalos
yo
quisiera que uno al menos muriese
en la hoguera de un armario que no es suyo
a plena luz del día con un cuchillo en el cuello
desnutridos por cartas extraviadas
pero
en mi familia no pasan esas cosas
pasan los días
sólo eso
De: “Duerme sobre mi espinazo”
CRISTINA PERI ROSSI
Sin remitente
Sin
remitente
Amo a quien amé
el amor solo morirá
cuando yo muera
no antes
porque lo que amé es una fuente inagotable
donde nadan los pájaros del recuerdo
flotan los deseos insatisfechos como peces en el agua
Amo a quien amé
Y la lejanía y la distancia
solo son estrategia
para seguir amando
y que el dolor o la inquina
no destruyan lo sagrado del amor
que es su vida en mi memoria
aunque no te lo merezcas
El amor no se merece ni se gana
el amor es un don
que se entrega sin remitente
De: “Fata Morgana”
KRISTÍN DIMITROVA
En
una de las paradas del tiempo
Esa
noche las luces del establecimiento
estaban
brillando alrededor de tu cabeza y afuera
se
convertían en estrellas.
Más
allá de todas las mesas, en la calle
los
coches se cruzaban y sus conductores
por
un instante lograban echar un vistazo
al
feliz túnel, al fondo del cual
habíamos
enlazado nuestras piernas. Destellos
de
cigarrillos, cálidas lámparas del alumbrado público
y
una botella de vino tinto nos llenaban
de
su sangre, y nosotros permanecíamos
el
uno frente al otro, nos explorábamos con los ojos,
y
nos regalábamos pensamientos en los prolongados silencios
y
paseábamos, tomados de la mano,
por
una ciudad de ventanas abiertas en las cuales
el
tiempo era todavía un desconocido.
Cuantas
veces paso por el mismo sitio, descubro
que
aún estamos viviendo allí.
De: “En una de las paradas del tiempo”
Versión de Reynol Pérez Vázquez.
PAULA ARBONA
Dentro de mi cabeza
Dentro
de mi cabeza,
repito el accidente:
el sonido de los cristales,
mientras nuestros coches se vuelcan
y explotamos en cámara lenta.
Hola cariño, lo siento.
Lo siento por los huesos rotos,
por los vidrios en la lengua.
Tu mustang blanco se desangra
reluciendo como diez caballos.
Te habría perseguido en el aeropuerto,
habría saltado a la cola del avión,
llorando en tu ventanilla
hasta aterrizar en Texas.
¿Qué es lo que he hecho?
Habría construido tu ciudad,
el rifle en la mesa,
su desierto dilatado.
Habría recreado la violencia.
Perfeccionado mi acento sureño.
Por desgracia, no tuve el tiempo.
Un giro brusco del volante,
caímos sobre el asfalto,
nos revolcamos.
Busco tu mano
meses después de la oscuridad.
Lo siento por haberla amputado.
BEATRIZ FERNÁNDEZ DE SEVILLA
Los reinos que heredamos
Cuando
todos se van queda ese verso,
acólito
de una última sonrisa;
saber
que lo sencillo es detenernos
en
la sala de espera de otros días
en
que el brasero amaba la costumbre
de
jugar al cinquillo por las tardes.
Ahora
ya sé
que
todos engendramos reinos,
papeles
atrasados en las habitaciones,
y
noches de vacío en el lugar de siempre.
Los
reinos no son nunca solo nuestros
son
brindis compartidos el día de Año Nuevo;
los
reinos tienen nombres y blasones
y un
árbol genealógico de infinitas raíces.
Ahora
ya sé
que
la vida nos deja
paraísos
domésticos en mitad de la nada,
lecciones
de optimismo de las que aprenderemos
a ir
a comprar el pan con la sonrisa puesta.
Hay
reinos que no entienden de tangibles
y de
ellos
nunca
nos alejamos definitivamente.
Siempre
queda un cuento
y
reverbera
a
las siete ─en invierno, en la cocina─
una
historia de cómo el que se va
conforma
el reino de los que se quedan.
De: “Paraísos domésticos”
miércoles, 29 de enero de 2025
MONTSERRAT FERNÁNDEZ
me
cogió enamoradamente flaca
sorprendentemente envuelta en verano
artrósicamente casada y rubia
nunca
supuse nunca ya estarás
un
canalón suelta el agua de gotas
así fueron los días de tu ausencia
restando tu parte en aquel hotel
nuestro hogar de sombreros y ensaladas
yo
tildaba de amor nuestros espacios:
una rueda pinchada la fruta por comprar
quizá enfermo alguno de sus hijos
qué sé yo
me
sangran las encías cada vez
más flaca y más casada
De: “Duerme sobre mi espinazo”
KRISTÍN DIMITROVA
El sanatorio de la muerte ajena
La
casa enferma se ha puesto de pie
al
borde de todos los minutos
y
hacia abajo se ven las estrellas.
Por
la tarde la sala de rehabilitación está iluminada,
y
por la noche, algunas de las ventanas,
donde
en las horas de insomnio se recobran las noticias del día.
Los
periódicos son
cartas
del mundo de ayer y que hoy ha desaparecido
y no
hay modo de enterarte qué
ha
ocurrido realmente.
El
aire está limpio y entra por sí solo
en
los pulmones ocluidos.
Allí,
allí.
Allí
la gente se pasea con cosas implantadas
y a
cada pregunta responde
con
un «poco a poco». Envuelve la bata
alrededor
del cuerpo, ajena al mundo,
y
presta oídos a su corazón
que
cuenta
una
terrible historia ajena.
De: “En una de las paradas del tiempo”
Versión de Reynol Pérez Vázquez.
PAULA ARBONA
¿De qué sirve comprender?
¿De
qué sirve comprender
los ojos borrosos de los viejos?
Cierro los míos
y los campos siguen siendo verdes.
No dependen de mí.
Eso me entristece.
Intento explicarlo,
pero todo lo que digo se pierde en palabras.
¿Para qué sirve esta música tan lograda?
Nada más que para escribir.
Nada más que para ser
ausencia de ausencia.
Bienaventurados los nervios ópticos
que desatienden las leyes espectrales
que usan los dedos de Dios
para coser un ciervo,
una brizna de hierba
o la mente humana.
Cierran los ojos
y los campos siguen siendo verdes.
No les entristece.
BEATRIZ FERNÁNDEZ DE SEVILLA
A place to be
Oigo
tu corazón,
cargado
de latidos adolescentes.
Ensimismada,
escucho
bombear por tus arterias
tardes
de contrabando en el colegio,
canciones
del pasado que regresan
como
viejos amigos.
Conduces
bajo el sol de alguna playa
cuyo
nombre no importa
y
necesito
solo
las coordenadas de tu vientre
para
tocar a tientas las entrañas del mundo.
De: “Paraísos domésticos”
KAMANDA KAMA SYWOR
Los grillos
Liberación de tiempos antiguos
Esta
noche, entierro mis legados bajo los espejismos del desierto donde el grillo,
ese elocuente orador cuyos cantos vibran en las arenas y arbustos,
amontona
sus huevos alados.
Pronto
veré la verdad en una silueta de polvo que agita su horquilla
de
reminiscencias. ¡Los amores angustiantes son tabú para mí!
¡El
ideal
se
cubre con un sudario de penas invisible para los profanos!
¡Las
estaciones se liberan del tiempo! La luna llena en desorden sobre las dunas
está
amarga y pálida por no poder influir en las mareas de arena.
Este
es el gran misterio que nos sorprende a la edad en que las alas de los sueños
se
mezclan con las raíces del alma sin memoria.
Pero
si los fuertes vientos nos son familiares, el cielo en su furia no cesa
de
darnos sudores fríos. La vida paga sus deudas a la muerte.
Y
tal vez en un día de suprema reconciliación, le devuelva la eternidad que le ha
quitado.
De: L’espoir, source de vie.
MING DI
Las cuatro mujeres de Shakespeare
Julieta
ocupa una esquina de mi lienzo,
sus
labios sangran rojo: remordimiento.
Lady
Macbeth aparece, su capa negra bloquea la luz,
su piel
es oscura: remordimiento.
Ofelia
va de espaldas murmurando murmurando de espaldas.
Desdémona
se acuesta, de lado, lentamente.
Ahora
todas están dentro del lienzo.
El
decorado es un bosque
que
va de verde claro a verde, de verde a verde oscuro, a oscuro.
Las
cuatro mujeres están muertas, diferentes gradaciones de la muerte.
Por
la noche se mueven hacia adelante, pupilas dilatadas.
Cuatro
botellas de elíxires, abiertas. El agua se derrama.
Ofelia
es un lirio de agua, y también Desdémona.
Julieta
era un lirio de agua hasta que se convirtió en Lady Macbeth,
y
ahora es otra flor.
Se
mueven en el sueño y los recuerdos se deslavan.
Leí
a Shakespeare por primera vez en la secundaria,
y
sólo recordaba a sus personajes por vivos o por muertos,
por
inocentes o culpables.
Ahora
todos aparecen frente a mí, en esta hora,
sus
ojos se convierten en uno enorme, en una boca que me dice…
algo.
Por
la mañana, el agua se acorta, entra la luz
por
la ventana cuadrada hacia mi lienzo de un bosque
donde
el pasto se desdobla como una alfombra.
De
ahí sale Cleopatra, sonríe radiante
como
si nada hubiera pasado.
Pero
entonces me arrepiento de pasar la noche con la historia
de
esas mujeres. A algunas las amé, odié a otras.
Ahora
pongo una capa de pintura neutral.
Julieta
es rosa claro, resalta los colores brillantes de Romeo.
Lady
Macbeth es fuerte, y protege a Macbeth de las balas.
Ofelia
es una hoja de loto
que
hace más natural el oscuro de Hamlet.
No
importa el color de Desdémona: ella será estrangulada.
Son
más de cuatro, y menos que cuatro
personajes.
Son menores, inferiores, significativas sólo
por
los problemas que causan. Pecadoras. Chivos expiatorios.
Frágiles
o violentas, todas morirán.
Están
muertas.
La
muerte es el color básico.
Shakespeare
nunca fue original. Volvía a contar historias
y
leyendas como si fueran historia.
Los
enemigos, la familia o el estado, o los golpes de estado—
la
mujer siempre tiene que ser la causa de ellos,
o
estar disfrazada.
La
muerte falsa de Julieta provoca la muerte verdadera de Romeo.
La
falsa traición de Desdémona causa la verdadera traición de Otelo.
A
Lady Macbeth, ¿de qué se le puede culpar?
Detrás
de todas las crueldades y las muertes
tiene
que haber una mujer. La belleza de las maldades.
Ofelia
baila, en trance
balbuceando
los estúpidos versos de Hamlet. ¿Ser, o no ser
chivo
expiatorio?
Al
final se cae, leve como el pelaje de un chivo, hacia el agua.
Y yo
estoy mezclando mi pintura con agua,
que
es más fresca que el aceite.
Se
han formado en la plaza, con sus propios cuerpos;
aparece
Helena desde la guerra de Troya, desaparece
y
vuelve a aparecer.
Luego
un árbol crece en el pasto al centro de la pintura
donde
Eva le entrega a Adán una manzana. Después de eso,
todas
las faltas y las culpas de la manzana se vuelven de ella.
Versión de Sergio Cruz,
martes, 28 de enero de 2025
JAIME CAMPILLOS
Chernóbil
Después
de la explosión nuclear
este cielo seguirá siendo nuestro.
Cuando te despiertes cada mañana
y no recuerdes nada disponte a darme la mano
para buscar de nuevo el norte.
Nos quedaremos aquí con todo lo que somos
mientras parpadeamos distinto,
nos afecta la radiación,
y nuestros hijos nos preguntan
por qué nunca hemos llegado a desarrollar alas.
De:
“Los días siguientes”
MONTSERRAT FERNÁNDEZ
ya
no me paso el día descalzándome
la habitación no es junio martes o nube
es un ruidoso olor como un achicamiento
respira
solamente aquel retrato
tu mirada avergonzada y tu risa
mientras tomo la foto
mis pies acariciándote
miro
por la ventana invento recuerdos
espero tu llamada hace ya
kilómetros de pena
De:
“Duerme sobre mi espinazo”
CRISTINA PERI ROSSI
La poesía
La
poesía es el eco
de las emociones fugaces
como gacelas en el bosque
como las olas del océano
como el ulular de las ballenas
en altamar
Si
grito te amo
la poesía grita te amo
Si
grito no te amo
la poesía grita no te amo
El
eco es un espejo
repite la soledad del grito
pero
atrapa la fugacidad
del instante efímero
cuando
el grito cristaliza en el verso
el eco repite nuestra canción
en otras voces
otras cavernas
de
este modo
lo que se perdió se recupera
y lo que nunca ocurrió
sucede
Único consuelo para los mortales
De:
“Fata Morgana”