Post punk
Echo
de menos tu voz a través de una hotline,
el colirio para fingir el llanto
y tu silueta pintada con tiza blanca sobre el asfalto.
Es igual que imaginar que alguien te abraza
en medio de un país post soviético
esperando una revolución.
Pero bostezo siempre que vuelvo
a casa en el transporte público
sabiendo que mis hombros
están llenos de crímenes pasionales.
De qué sirve rebelarse si ya te traigo
flores robadas de otra tumba.
De: “Los días siguientes”
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