domingo, 13 de julio de 2025

HIRONDINA JOSHUA

 


 

brazo anterior al líquido.
elijo mirar antes de tender el párpado en la cara
el agujero en mi cabeza se calienta
-¡papá! ven y mírame.

 

Versión de Roberto Amézquita

 

 

JAVIER VICEDO ALÓS

 

  

 

Circular

 


La calle está trazada con pasos circulares,

llena de hombres que andan rodeando su historia.

Es un miedo a vivir, a cruzar desvividas calles

y tener que buscar nuevas palabras,

nuevas geometrías a sus pasos.

Es asfixiar el aire para aferrarse al hombre

cuando es tan sencillo ser hombre

y agradecer la gran suerte de su tristeza.

Este golpe de oxígeno que vuelve,

tras completar su vuelta definida,

lo recuerdan y no parece golpe

pues recordando entienden de algún modo.

No quieren sobresaltos, sino órbitas exactas,

sentimientos atados a una inercia.

Con un sol que comprenden y les alumbra

van celebrando sus dominios,

la redondez de sus ojos y boca,

la forma monetaria de unos senos.

La calle está ahogada por sus pasiones circulares,

y nadie duda ya si son pasiones.

 

 

ROBERTO ARIZMENDI

 

  

 

Construyendo el porvenir desde la historia 

Para Amín, Mary y Mayté.

 


El viento juega con la historia de tu nombre

entrevera la sangre antepasada

con el presente infinito que te yergue

por encima de mil incertidumbres

y el porvenir colmado de certezas.

 

Cantos de alondra matinal, luces del alba,

tus pregones susurran una oración de amor

para alumbrar días, vientos, años y senderos

y descubrir irremplazables secretos ancestrales

que marcan desde el pretérito tus signos renovados.

 

Tu padre a su manera guió tus pasos

junto al amor materno del insomnio

y ahora tú abrazas a tu hija para mostrarle el mundo,

ese vaivén insaciable de reflujos, como el mar,

para afirmar nobleza, presencia innegable de tu estirpe.

 

Como a todos mis hijos, he cubierto de sol las tempestades,

construido oasis para enfrentar desiertos indeseados.

El mundo es un espacio siempre increado

y cada uno lo construye a su manera,

juego de sueños y colores, amor con formas milenarias.

 

La vida es juego de espejos que nos signan.

Anhelo un porvenir que apenas se perfila

para darle a tu nombre esencia renovada.

El horizonte se enciende al descubrirle a tu palabra un azul inviolado

que alumbra el porvenir, la nueva historia de tu nombre y su linaje.

 

De: “Desafío contra el olvido”

 

 

BEATRIZ RUSSO

 

 

 

Aprendizaje

 


Se ha encendido una luz de emergencia en tu memoria.

Porque el olvido es un recuerdo sin sombra y sólo hay

sombra en lo que existe o en lo que permanece

levantado.

Derriba esa sombra que te hace llorar en sueños y

aprende el lenguaje de las luces invisibles.

 

 

 

LEIDY BIBIANA BERNAL

 

 

 

Ella y él

 


Gestos aletargados,

labios ausentes del beso,

manos dejando incertidumbre en la piel.

 

Ella tiene la desolación en la carne.

 

Él lo sabe y finge que no.

 

A Ella no le importa la lujuria.

A Él no le importa la melancolía.

 

El deseo y la tristeza

están más desnudos que sus cuerpos.

 

Juegan a no saberlo. Juegan…

 

Ella le inunda el sexo de llanto.

Él le inunda la boca de Él.

 

  

De: “Pájaro de piedra”

 

JAVIER PAYERAS

 

  

 

 

huele la noche

a chasquido de labios

a humus de travesti

a semen de policía

a dioses sin sueldo

a granadas y bang bang

a sida/enfermera pútrida/diente de oro

a droga

a dinero prestado

a proscritos padres sin suerte

a exguerrilleros aburridos

a soldados atormentados

a tristes payasos comiendo trigo en un trigal

a pies torcidos/cumbia progresiva/aleluyas

a llantos en la esquina y lágrimas entre el vómito

 

sábado, 12 de julio de 2025


 

FRANCISCO VÉJAR

 


 

Capítulo de novela

 

 

Pertenezco también a esta ciudad,
creo en la ficción que encarna,
el sueño de alguien que no se reconoce
y se busca incesante en los espejos.
Pienso en lo que alimenta a estas calles
en el atardecer donde caminas,
única amiga de estos años reales,
al salir de un film que retrata
a dos trashumantes buscando empleo,
escribiendo absurdos sonetos
acerca de la risa que nos provoca un diálogo de sordos
o el viajar en un anacrónico Austin-Mini.
Pertenezco también a esta ciudad,
mas algo nos une y separa del abismo,
de cuartos vacíos y sombras
que se encuentran un instante
en lo que está más allá de nosotros.

 

 

BASILIO SÁNCHEZ

 

 

 

Entre nosotros

 


Añoro la ceguera que es un punto de luz.

Bebo de la memoria como otros
del agua de las fuentes, de los vasos
de la antigua liturgia.

Después de mucho tiempo
ahora vivo despacio, sin intimidaciones,
sin que pueda la noche ganarme en sutileza
ni la muerte en sigilo.

Soy el hombre que no ha salido nunca
de los alrededores de su mano, el que se ha hecho
perdonar por la nieve
y el que anda por las habitaciones
preservando en silencio la sustancia
de su felicidad.

Quien para guarecerse
necesita los nombres de todos los que ha sido,
recordar las palabras con las que cada día
ha vivido o ha muerto.

 

 

CARLOS MARZAL

 

 

 

La historia

In memorian Rosa Casal



Junto a un apeadero de tren, ya fuera de servicio. 
Bajo el inmisericorde sol, un verano cualquiera, 
un corro de muchachos apalean a un perro 
y apuestan por saber cuál será el golpe 
con que el juego concluya. 

Cuando desaparecen, 
aburridos, 
el perro, que se traga su sangre, aún consigue arrastrarse 
hasta la sombra, y allí queda tendido, sobre la vía muerta. 

En la imposible noche de un pabellónde enfermos, 
la oscuridad ya sólo un dolor cómplice, 
alguien, sin salir de su asombro, pasa recuento al mundo, 
imagina la vida fuera de esas paredes, no comprende 
que la música, el amor y la lluvia le hayan acontecido 
a su cuerpo de hoy día. 

Y mientras tanto, fiel, 
al gotear del suero mide el tiempo. 

Sobre el puente de piedra de una ciudad extraña, 
cuando el alba se acerca desafecta, 
una mujer invoca sus íntimos fantasmas, 
que son, uno tras otro, el mapa de la vida. 
(Entretanto, y hacia ninguna parte, el agua fluye oscura). 
Supo posible la breve recompensa de la dicha, 
y hoy pueden más el tedio y el cansancio. 
Más tarde el agua lleva, indiferente, un cuerpo. 
Y la ciudad lo ignora. 

Todas estas escenas son mis contemporáneas. 
Tal vez alguien advierta una razón final 
que logre atribuirles un sentido. 
Yo no acierto a encontrarla. 
Antes bien, me parecen delirios estériles 
de un contumaz borracho que sueña nuestras vidas. 

 

 

 

 

LILIAN SERPAS

 

 

MICROGRAMAS DE NIEBLA

  

7

  

Melancólico llora
el Otoño que un lecho
se prepara con hojas.

 

De: “Huésped de la eternidad”

 

 

FERMÍN VILELA

  

 

Geología

Conversación entre un peregrino y un funcionario público, cerca de la ciudad de Shangai.
      



“Déjelo ir”, me dijo.
“Ni siquiera lo intente.
Renuncie a toda esa búsqueda,
esa inútil geología.

La poesía no sirve para nada.

Tampoco haga de su canto
un himno, dirá más trigo
y pan duro del montón.
Mi consejo, amigo mío,
es que se mantenga firme
en su carrera diplomática
y escriba relatos para la corte,
para la gente simple, no versos
destinados a todos esos ermitaños
que terminan muertos de hambre,
solos dentro de una montaña.

Sigamos, amigo mío,
las antiguas tradiciones
y sumémosle ladrillos de dignidad
al enorme tapial de la historia”.

Mientras el funcionario público
decía esto yo le daba una palmada
en el brazo, dándole toda la razón.

“De qué servirá la poesía, mi señor,
como de qué servirá una taza, un imperio,
una persona soñando bajo la luna.
Por mi parte, yo no necesito defender nada.
Los espíritus del caracter están vivos.
Mis caracteres no siguen a la tradición
porque el carácter es la tradición
y la tradición es poesía

Ahora me tengo que ir,
me gustaría llegar a casa
antes del otoño.

Usted sabe cómo se ponen los caminos
después de las grandes lluvias”.

 

 

JUAN CARLOS ONETTI


  

Era muy niño


Era muy niño cuando descubrí
que la gente se moría.
Eso
no lo he olvidado nunca;
siempre está presente en mí.

 

 

viernes, 11 de julio de 2025


 

CARLOS CATENA CÓZAR

 


 

mi vocación es la espera
quiero esperar ocho horas al día
a que en silencio regrese a casa
quiero esperar aviones trenes autobuses
y decir en un coche compartido
vivo de esperar su regreso
mi titulación es lo mal que pronuncia mi nombre
mi salario son sus manos después de tanto tiempo
aún ásperas y rugosas y muy frías
digo: cruzaría a pie un continente
si el final fuera el principio de su cuerpo
digo: no hay esfuerzo que no merezca
la vergüenza de besarme en público
espero impaciente la noche en que reconozca que me quiere
espero impaciente a que un funcionario me dé su apellido
espero impaciente la mañana de invierno en que muramos juntos

o el día en que por fin elogie mi paciencia: este talento
de mantener siempre los brazos extendidos
para que nadie olvide cuánto espacio ocupa

 

 

HIRONDINA JOSHUA

 

  

 

la danza no es del cuerpo — el rostro inicia las vocaciones en la tragedia de los dialectos.
pero es en los pies que la danza tuerce el desino.
      — murmuran: la danza existe antes de los peces,
en las grandes máquinas antes de la distribución de las larvas.

 

 

en el libro se veía la enfermedad que padecen mis manos.

 

 

Versión de Roberto Amézquita

 

 

JAVIER VICEDO ALÓS

 

  

Homenaje vertical

A Roberto Juarroz

 


I

Echamos fuego al agua

y apagamos la transparencia.

Así quema el hombre la claridad del mundo

y la prende de silencio.

El temblor humano del fuego,

el estrépito de una voz abriéndose,

enmudece cualquier palabra.

Al fuego le basta con arder.

 

II

No hay palabra más cierta que otra.

Se aprende a callar con los años,

aunque parezca que hablemos.

Se nace sin palabras.

Y con todas las palabras rotas nos vamos.

Y sin embargo,

aunque vivir sea enmudecer,

existe un placer original en el silencio

que justifica todos los silencios.

 

 

ROBERTO ARIZMENDI

 

  

Dame tus cantos infantiles 

Para Michel

 


El árbol nace a los pies

de cada niño

para hacer su destino

con caricias perdidas

y llanto desolado

o con el grato rumor del viento

que recorre incansable el universo.

 

Dame tus cantos infantiles

para domar mi historia

que no sabe por dónde

recomenzar la vida,

a veces,

a pesar del tiempo acumulado.

 

Siempre los fuegos fatuos

nos torturan,

tuercen destinos y senderos,

andamos

así

buscando sin destino preciso

el horizonte.

 

Entre tu sonrisa perenne

y el sueño nocturno

que te dibuja el horizonte,

descubriré uno a uno

los colores que la bruma esconde

y el espacio infinito de la dicha.

 

De: “Navegante de sueños y utopías”

 

 

 

BEATRIZ RUSSO

 

 

 

Miedo

 


Ella no tenía coche por miedo a que se estropeara.

Ella no tenía casa por miedo a no poder pagarla.

Ella no viajaba por miedo a no regresar.

Ella no tenía amigos por miedo a la decepción.

Ella no quiso tener hijos por miedo a no poder ser madre.

Ella no tenía amor por miedo a desenamorarse.

Ella no tenía ilusión por miedo a desilusionarse.

Ella no tenía sueños por miedo a despertar.

 

Ella no tenía vida por miedo a morir.

 


De: “La caja china”

http://lacajachina.blogspot.com

 

 

 

LEIDY BIBIANA BERNAL

  

 

Lecho de nieve 

A Robert Walser,

quien murió sobre la nieve

 

 

Rumor de hojas sus pasos.

Camina invisible dejando huellas sonoras.

Viene de lejos, va sin prisa.

Es la sombra de un espantapájaros que susurra en la noche.

Viene entre los crujidos del viento, es la voz rota del espejo.

Movimiento sin volumen que avanza entre la quietud.

Viene desnudo, sin piel,

en busca de la espesura.

Camina lento.

Es su tiempo desencarnado.

No hay espacio

entre su transparencia y la solidez.

 

 

 

No hay caminos.

Instante y eternidad

nievan en su cuerpo.

 

 

 

 

 

 

jueves, 10 de julio de 2025


 

FRANCISCO VÉJAR

 

 

Cabaña (Rocas de Santo Domingo)



La nudosa madera de apariencia casi humana
posee un centenar de vidas inimaginables
donde las noches son blancas, como el oleaje marino.
Su presencia nos lleva de vuelta a lo real
y de noche cruje y se lamenta: ¿quién la hará revivir?
En su fisonomía nos aventuramos hacia otros destinos.

Frágil memoria de estos días huidizos
déjanos depositar en ti esta rara quietud
de estar una vez más envueltos en una misma piel.

 

 

BASILIO SÁNCHEZ

 

  

Calle con árboles

 

Caminamos a tientas,

el aire de la noche
empuja las palabras que nos cuesta decir,
las conduce de tu boca a la mía.

Tal vez el mismo aire que eleva las plegarias,
los temores legítimos,
esa llama atrapada todavía
en el estrecho círculo de la conciencia.

Cae a un lado y a otro la oscuridad en copos de los árboles.

Por encima del hilo donde un pájaro calla,
sobre un cielo tan bajo que refleja
todo lo desvalido de este mundo,
va pasando el silencio de una nube,
su poco de agua dulce.

A esta hora,
cuando los hombres duermen,
el silencio de las casas habitadas
cae sobre el silencio de las casas deshabitadas.

La calle brilla entonces
como los días de lluvia,
quizá como los ojos de los muertos recientes.

 

EMMA POSADA

 

 

Tu obra

 

 

Tú, el que vive con plenitud la obra; que ha colmado en ella todo su gozo; el de los ojos ávidos sobre el paisaje extraño; el de las manos suaves sobre la flor y el nido; el de los labios frescos a la caricia del fruto.

Tú, que arrancas la belleza que te rodea para desbordarla en tu obra, gran felicidad es la que tienes. Has tejido con tus manos la seda escondida de las cosas y en tu obra humilde o brillante, han de estar lo cristalino del río y lo armonioso del vuelo.

Has plasmado en tu pobre carne que destrozará la muerte, un soplo de eternidad y de luz.

Tu polvo ha de perderse en los caminos, tal vez se vuelva ciénaga con pestes en las entrañas, o lodo que mancha los pies del niño alegre que va cantando a la escuela. Eso serás tú, tu pobre carne; pero tu obra, si la vives con plenitud, seguirá siendo clara en el río y armoniosa en el vuelo. Tu obra es soplo eterno.

 

JUAN CERVERA

 

  

VII

 


Flor cortada, ya no es flor;

canción que no canta el pueblo

¿cómo puede ser canción?

 

De: “Coplas proverbiales”

 

FERMÍN VILELA

 

 

 

Bosque de bambú

A partir del carácter
(dí, flauta), que puede ser de bambú ().  A través de ella () se hace pasar el aire para que suene.



Puertas que se abren dentro del bosque
me invitaban a entrar.   

No era la caña retorciéndose
entre los bambúes secos,
caídos sobre los vivos, no. 
Eran todas esas puertas
que debería haber abierto
para entregarme al picaporte
oscuro de tu corazón.

A veces, en el recuerdo
de esa tarde en la que pasamos
por el bosque sin dejar huella,
me encuentro con tu sombra.

Charlamos y nos reímos
sin pensar en el regreso.

 

 

JUAN CARLOS ONETTI

 

  

Y el pan nuestro


 

Sólo conozco de ti
la sonrisa gioconda
con labios separados
el misterio
mi terca obsesión
de desvelarlo
y avanzar porfiado
y sorprendido
tanteando tu pasado
Sólo conozco
la dulce leche de tus dientes
la leche plácida y burlona
que me separa
y para siempre
del paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro

miércoles, 9 de julio de 2025


 

CARLOS CATENA CÓZAR

 


 

Hechizo

 

 

Solo quien lleva años

observando desde la barca

día y noche la orilla 

aproximarse lenta,

llegado por fin

un día a la orilla, 

no baja de la barca

y corre tierra adentro,

sino que

se sienta junto al mar,

hace un dibujo del agua.