"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 21 de septiembre de 2025
REGINA SALCEDO
«¿De qué se trata en
realidad, esta necesidad
de compararlo todo,
de abrirse paso a
fuerza de metáforas?»
Robin Myers
Ver
la sierra imponente y al momento:
la
urgencia de decirla. Y después, no contenta con eso,
describirla
como un gran trasatlántico sobre
espuma de nubes.
Y
rocas que se quiebran como duras
manzanas.
Y
pájaros que zumban veloces como balas…
¿Es
debido al lenguaje, al inválido anhelo de exceder
el
opresivo cerco que supone,
las
férreas herraduras que nos calza
en
los ojos, la lengua?
¿Es
algo cultural, la silla de montar que vamos heredando
para
subir al mundo y cabalgarlo al paso, torpemente?
¿O
es que somos así, una especie incapaz de conformarse
con
lo que se nos muestra? Siempre necesitados
de
añadir un adorno, de estirar unos metros,
de
sazonar, para intensificarlos, cada ente o momento,
pues
no hay nada que baste por sí mismo.
Una
vez llegue a Creta, ¿podré apartarme a un lado
y
permitir que irrumpa?
De: “Viaje a Creta”
IRIA FARIÑAS
Ciclo
aspiro
a
través de la rendija de los labios apretados
/barrera
contra la liquidez de las caries/
al
reencuentro con la mancha
/a
contraluz perdemos el rostro
que
una vez nos precedió/
espiro
el
minutero troquelado
/sus
crujidos ya no serán mi idioma/
¿servirá
el segundero
como
pluma como rama o como estilete?
inspiro
la
espera como método
/el
tronco no llega:
se
hunde se estira y alarga su sombra/
he
acondicionado lo inmóvil
para
perseguirme
espiro
vertical
y con los ojos abiertos
/soy
un árbol que se seca/
mientras
abro la mano para soltar
de
nuevo la semilla
a
través de la rendija de los labios apretados
aspiro
De: “Atravesar una gota con una aguja”
FRANCIS PONGE
La naranja
Al
igual que la esponja, la naranja busca recuperar su compostura tras pasar por
la prueba de haber sido estrujada. Pero si bien la esponja lo consigue siempre,
la naranja jamás, porque sus células ya estallaron, sus tejidos están ya
desgarrados. Mientras externamente va de a poco recobrando su forma gracias a
su elasticidad, se ha derramado un líquido de ámbar, acompañado de un frescor y
de perfumes suaves, es verdad, pero también muchas veces de la amarga
conciencia de que han sido expulsadas antes de tiempo sus pepitas.
¿Hay
que tomar partido entre estas dos maneras de soportar la opresión? La esponja
es puro músculo, y se llena de viento, del agua limpia o sucia, según el caso,
y esta gimnasia es innoble. La naranja es más refinada, pero demasiado pasiva
-y ese fragante sacrificio… es en verdad hacerle las cosas muy fáciles al
opresor.
Pero
no es suficiente para hablar de la naranja con haber recordado su manera
específica de perfumar el aire regocijando a su verdugo. Es necesario destacar
también el tono glorioso del consiguiente líquido que, mejor que el jugo del
limón, obliga a la laringe a abrirse con generosidad para decir la palabra y
para tomarlo, sin muecas aprensivas, sin rispidez en las papilas gustativas.
Y
uno se queda sin palabras para contar la admiración que despierta la envoltura
de la tierna, frágil y rosada esfera en este espeso papel secante húmedo en
donde la epidermis extremadamente fina pero muy pigmentada, hirientemente
sápida, tiene el punto justo de rugosidad que permite retener dignamente la luz
sobre la forma perfecta de la fruta.
Pero
al final de un estudio demasiado breve, hecho lo más rotundamente posible, es
necesario ir al grano: la semilla, parecida a un minúsculo limón, tiene el
color de la madera blanca del limonero, y por dentro es de un verde de arveja o
de brote nuevo. Y allí se puede reencontrar, después de la explosión
sensacional del farol veneciano de sabores, colores y perfumes que es la esfera
frutada en sí misma, la relativa dureza y el verde (no desprovisto por cierto
de sabor) de la madera, de la rama y la hoja: un resumen pequeño pero que
ciertamente es la razón de existir de la fruta.
Versión de Alejandro Crotto
CATHERINE POZZI
Escopolamina
El
vino que por mis venas fluye
Ahogó mi corazón y se lo lleva
Y por el cielo yo navegaré
En un corazón sin capitán
Donde el olvido es blanda miel.
Mi
corazón es astro aparecido,
Que nada en el divino sinigual.
¡Deriva, extraño acontecido!
Oh viaje, largo viaje hacia la luz—
Sonido nuevo y nunca interrumpido
Es la tejida trama de tu sueño.
Mi
corazón abandonó mi historia
Adiós Forma ya no siento más
Estoy a salvo al fin estoy perdido
Me voy buscando en lo desconocido
Un nombre libre de la memoria.
KARINA MIÑANO
Heridas
Son
cuchillos
que cortan el viento,
también
la calma.
Es esa voz que cincela sin piedad.
Palabras
afiladas acarician mi piel
antes del ruego y el perdón.
Soy
confusión.
De: “Mientras el roble cede a la noche”
FLORENCIO LUQUE
Un rastro de lumbre
Yo
no sé de dónde llega
la serena luz añil
para acariciar la tarde.
Nada
sé de lo que brilla
en el nimbo de las cosas
y hace que cante el jilguero.
Ignoro
el vuelo del mar
que escribe la blanca luna
sobre el lienzo de la noche.
Pero
todo lo que crece,
en oscuridad o en alba,
nos deja un rastro de lumbre,
abre
un luminoso dédalo
para quien sabe mirar
con la inocencia de un niño.
De: “Mientras el roble cede a la noche”
