sábado, 11 de septiembre de 2021

MIGUEL SANZ CHUNG

 

 


 


Mi mujer desea que nuestros hijos
sean perfectas esferas de vidrio.
A veces se entrega con desesperación
a la tarea, pero solo consigue pelotas
que se desmoronan como migas de pan.
Mi mujer se culpa y los culpa por ser pan
y no arcilla, por ser pan y no madera ni metal,
tierno pan recién salido del horno
que acuna entre sus brazos mientras llora.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario