martes, 6 de septiembre de 2022

MANUEL GARCÍA

 

 

Sueño del escorpión

 

 

Un escorpión en medio

de un círculo de fuego

se abrasaba (y un hombre

reía) y en el centro

tenía el cuerpo abierto.

En medio de la carne

dañada, puso un beso

el aguijón, qué dulce

placer, qué hiriente trueno

de dolor, qué alegría

de veneno crujiendo.

La carne, acostumbrada

a hervir en el incendio,

se refrescó y quedara

sucia ceniza negra

o del placer secreto

o de la fruta ajena

que se pudrió por dentro.

Y yo no sé quién soy:

si el aguijón, si el hombre,

si el veneno o el fuego.

 

De: “Prado negro”

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