Shahr Banu Manzadarani
Doña Shahr
Manzadarani tiene 97 años, sobrevivió 8 días al terremoto, entre los escombros
de su hogar y, cuando fue rescatada, se dio tiempo para recitar ante los
periodistas. (Periódico de Irán. Enero, 2004)
Después
del desastre
Shahr
Banu Manzadarani avivó la poesía
pensó
que había sido un sueño y que seguía soñando
fueron
ocho días sobreviviendo
bajo
los escombros
bajo
las paredes derruidas de Bagh Narenj
A eso
de las 15H 30 se oyó una voz anciana
recitaba
un poema
un
poema salía de los escombros – decía un rescatista
¿la
muerte había sido atrapada allí?
pero la
muerte no escribe poemas
solo en
vida la poesía tiene esa voz – dijo una enfermera
que
había oído recitar a su abuela de la misma manera
esa voz
es humana
esa voz
es más antigua que la propia muerte
Shahr
Banu Manzadarani a sus 97 años recitaba
bajo el
polvo
quizás
recordando otros desastres
¿qué
metros habrían pasado bajo los escombros tantos días?
todos
pensaban que la poesía no podría sobrevivir
pero
ella fue hija de otro cataclismo
el
patriarcado la hizo memorizar las cicatrices
versos
cortos
veros
largos para ningún auditorio
¿Le
hablarían de la esperanza? – se preguntaba el periodista
que
alcanzó a oírla recitar
tratando
de imaginarla en la oscuridad
golpeada
por los dogmas de la reproducción
un
grito
otro
grito
los
golpes
y esos
ruidos y esos disparos
¿Algún
poder renacería de esas ruinas? – elucubraba el fotógrafo
que la
retrató yacente
con su
pañuelo azul en los cabellos
teniendo
poco a poco la certeza de que había belleza
cierta
melancolía
el
abismo de un signo difícil que lo mantuvo en vilo
a la
expectativa de capturar
un
brillo humano mientras la oía recitar
Y
ciertamente había un poder en la oscuridad
todas
las muertes animadas por la animalidad
la
bestialidad de la muerte se aliaba a la tortura
ellos
la acusaban
le
tiraban piedras
seccionaban
su fragilidad
mientras
su belleza cocinaba a mansalva
deglutía
sus versos como un dulce de pan
en el
juego de los niños huérfanos
Shahr
Banu Manzadarani recita ahora
entre
los esclavos de Nigeria
se pone
a bailar en su horca
con los
grilletes de los raperos de Harlem
canta y
recita
hace un
coro de flagelaciones sin éxtasis religioso
Yo la
veo en huellas milenarias
calmando
la sed en el polvo que guarda su memoria
de
todos los desastres
ella es
una niña algo frágil
salta
la soga suda se hace heridas en las rodillas
no rías
tan fuerte
no leas
sus
padres eran miles de pueblos alejados del imperio
Cuando
ella despertaba
entre
los restos de su casa de silencio
los
poemas volvían a sus labios como un milagro más
Entonces
yo apunto lo que ella dice
así
como el desastre inventa su lujurioso periódico
yo
anoto lo que ella dice
dejando
atrás el silencio
un
poema es Shahr Banu Manzadarani
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