viernes, 16 de diciembre de 2022

LISEL MUELLER

 

  

Currículum vitae

 


1) Nací en una Ciudad Libre, cerca del Mar del Norte.

 

2) El año en que nací, el dinero era triturado hasta

ser confeti. Una hogaza de pan costaba un millón de marcos. Por

supuesto, no lo recuerdo.

 

3) Padres y abuelos me rodeaban. El

mundo en el que viví tenía una voz suaves

y sin garras.

 

4) Un cuerno de la abundancia lleno de golosinas me llevó a un edificio

con campanas. Una profesora de pecho amplio me acogió.

 

5) En casa, los libreros conectaban el cielo y la tierra.

 

6) Los domingos, la niña de la ciudad cruzó por los pinos

y las prímulas de pantano, una distancia corta en tren.

 

7) Mi país fue golpeado por la historia más mortalmente

que por temblores o huracanes.

 

8) Mi padre estaba ocupado eludiendo a los monstruos. Mi madre

me dijo que las paredes tenían oídos. Aprendí el peso de los secretos.

 

9) Me mudé a los días muy brillantes, las noches muy oscuras

de la adolescencia.

 

10) Dos padres, dos hijas, seguimos al sol

y la luna a través del océano. Mis abuelos se quedaron atrás,

en la oscuridad.

 

11) En el nuevo idioma todos hablaban muy rápido. Eventualmente

los alcancé.

 

12) Cuando te conocí, el nuevo idioma se convirtió en el idioma

del amor.

 

13) La muerte de la madre hirió a la hija llevándola a la poesía.

La hija se convirtió en madre de hijas.

 

14) Vida ordinaria: la abundancia y el grosor de esto. Nudos atando

hilos hacia todas partes. El pasado se hizo a un lado, el futuro

se fue sin ser imaginado en el nombre del glorioso, difícil, apasionado

presente.

 

15) Años y años de esto.

 

16) Las niñas ya no son niñas. El dolor de un hombre viejo,

la soledad de un hombre viejo.

 

17) Y entonces mi padre también desapareció.

 

18) Traté de ir a casa de nuevo. Permanecí en la puerta de mi

infancia, pero estaba cerrada al público.

 

19) Un día, en un elevador lleno de gente, los rostros de todos eran más jóvenes

que el mío.

 

20) Hasta este punto, toda bien. Los días y noches brillantes

se quedaron sin aliento en su prisa. Nosotros seguimos, tú y yo.

  

De: “New Poems”

Versión por David Ruano González

 

 

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