Dejar
la música de la vida en el lienzo
como
jardín podado, borracho de almizcle,
de
ramo amputado que trasuda y es blanco,
carne
cruda del mueble que vendrá
o
no, a llenar la barriga avara del tener y de la compra
dejar
la música, decía,
al
paso de los años
o al
regreso extemporáneo del recuerdo,
ese
que interrumpe, invade casa
haberes
y hasta la más mínima ocupación,
o
que te interrumpe y te hace amargo el trabajo;
borracho
de almizcle, como jardín podado,
dejar
la música de la vida en el lienzo,
la
música que suena sola.
(entre
los arrecifes de la noche)
De: “Cuaderno del Sur”
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