Mora
El
sol, la sed.
Al
norte, Argel.
Una
morilla
anda
cernidilla,
blanco
garbo,
blanca
gracia,
blancos
pliegues
y
repliegues,
blanca
almalafa.
Ojo
oscuro entrevisto
que
ve sin ser visto,
mira
y ofrece.
Sólo
apunta
y
brilla
la
negra punta
de
la zapatilla.
Blanco
garbo,
blanca
gracia,
blancos
pliegues
y
repliegues.
Paso
menudín,
en
nieve envuelta
lujuria
desenvuelta;
hora
del almuecín.
El
moro va delante
sin
duda que le soliviante.
La
mora vuelve la cabeza
con
sutil destreza.
El
preso que la ve
queda
más preso.
El
sol, los árboles, la sed;
al
norte, Argel.
10-5-42
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