Cervantino
Voy
convertido
en
caballero andante a tu medida
desenvainada
la espada,
lanza
en ristre.
Con
la sola armadura de la piel despierta
recorro
la llanura de tu vientre
para
desfacer el entuerto de los días.
He
sometido
al
par de altivos leones que te habitan
tan
sólo con el brío de mis argucias
exijo
la historia me recuerde
como
el audaz caballero de tus pechos.
Algunas
veces,
me
derrumba el molino de tu ausencia
y mi
triste figura
recurre
a pócimas de marca registrada
que
embrutecen los pies y la cabeza.
Es
luna llena…
sálveme
Dios
del
Mago Frestón y sus hechizos
sirvan
mejor los polvos de su magia
para
convertir los pilares de tus muslos
en
alcatraces morenos que florecen,
mientras
llego al máximo esplendor de mi locura
en
el íntimo lugar de aquella mancha
de
cuyo nombre
no
puedo olvidarme.
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