Los nombres
Dejo
el recuerdo en paz,
lo recubro de arena,
quiebro en duros
cristales
sus alegorías
y las hundo
en el agua,
las disperso
en el viento
para que se destruyan
definitivamente.
Pero el viento
y el agua
me devuelven
los nombres, levantan
desde el polvo
los mudos sortilegios,
me arrojan a la cara
su verdad.
Y comienza
nuevamente el enigma.
De: “Las apariencias”
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