Cuando
mi revolución me pierde, convoca mi decadencia con una canción de Johnny Cash o
Silvio Rodríguez. A veces simplemente me empuja hacia el verde asalvajado de mi
huerto y me muestra una pequeña plaga de orugas de la berza como ejército de la
verdad más indeseablemente bella. Yo entiendo lo indómito de la capacidad de
estar vivo y vuelvo a buscar amantes ajenas a mi revolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario