XXIV
Estas
son puertas y ventanas
de otro país. Dan a otro tiempo.
Cruzan por ellas otros seres
y otros instantes y otros sueños.
Como
si el niño que era entonces
se duplicara en un espejo,
y por su luna transparente
lograse entrada a otro universo.
Todo
es distinto. Las miradas
llevan la luz ahora por dentro
y el mundo entero se ilumina
con su relámpago secreto.
Esto
es ayer, y está presente
por un milagro. Es el renuevo
de los rosales agobiados
por las escarchas del invierno.
Es
el retorno al paraíso.
Es la pureza. Es el silencio.
Son los tesoros recobrados.
El ángel íntimo en el pecho.
De:
“Sólo la voz”
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