Hoy,
por ejemplo
Escribo
sabiendo que al hacerlo
convoco
a un mismo tiempo lo mejor y lo peor de mí.
Consciente de que no existe otra forma
de darle su lugar a los duendes de la poesía.
Esos que como pequeños dioses
subrepticiamente escapados del Olimpo
siempre están pendientes de todo lo que es
pero también de lo que aún no ha sido
en cada sitio en el que –bien o mal–
desde el inicio mismo de los tiempos
nos
desenvolvemos
o necesariamente habremos de hacerlo.
Hoy, por ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario