miércoles, 27 de septiembre de 2017

HAMLET AYALA LUGO




Terrores nocturnos



No mirar
no es cobardía
si la carne expuesta al aire nos da horrores
y una imagen con eco demónico que nos sala
las flores posibles. Pero
qué decirle al tuerto, cómo
recriminarle el punto ciego cuando
siempre está nutriéndose del plato de lo feo,
cómo atajar su negación si su empeño rema lisiado
lejos de su mitad de mundo que ha perdido,
ese mundo peor visto en pleno.
Abiertamente los dolores duelen
y son del mismo rugor al cerrar los ojos,
pero no llueve igual si no te moja,
no enronca igual el agua una garganta
sin ver al indigente escurriendo negrura
como un nuevo despojo visible
sobre su despojo evidente,
esa exaltación de lo que sigue siendo
pues ya ha sido, y ahora tiembla con temblor humano
y gruñe oscuro a la intemperie
a mitad de una vida, al final de otra, sin reniego,
pero siempre que amanece
regurgita y se emprende nuevamente
con un olor a viejo vuelto al ruedo.

Todo eso dentro
así aun lejos de las calles,
y uno puede refrescar, vivificar
sin proponérselo su condición lisiada,
resentir la llaga añeja con un escozor ya encanecido
que luego de estar, y de incluso olvidarse, lastima
por gracia y efecto de la memoria del cuero,
del soplo que silbó en una enramada,
la canción vuelta un hecho vuelta recuerdo vuelta lava mojada,
del humo que despida ese humedecimiento,
de una luz colada desde el patio,
de una esquina gastada en besos,
de un aire cálido imprevisto y su extrañeza,
un temblor marcando las ausencias.

Sin ser un remedio [nunca por nadie sugerido
porque igual no lo hubiésemos tomado], uno
finalmente se recuesta en su lecho
después de haber andado el esqueleto,
los índices guardados al calor paupérrimo de los sobacos,
y se desprende engañosamente de su suelo indejable
guardando una brizna de sentido
para el descenso momentáneo del cuerpo.
Finalmente nada puede ser eterno.

/Algo enturbia ese desprendimiento
antes del ensayo de la muerte;
hay un tiento al nervio, un abordaje inesperado,
una herida con nombre propio, un estertor, todo:
saltas.

En mitad de la noche, fuera de ti, todo silente.
En ti, su fantasma.
La cama hierve…




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