LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS
XI
Cuan ciega soy
no alcanzo a mirar
más allá de tu luz.
no alcanzo a mirar
más allá de tu luz.
Lily Moral
ELEGIA A LA MUJER INVENTADA
(Sin formas la conocéis:
es la yedra obstinada,
la reja y el amor,
apenas lágrimas de otro tiempo).
es la yedra obstinada,
la reja y el amor,
apenas lágrimas de otro tiempo).
Una mujer o su sombra de yedra
llena de soledad de lámparas vacías.
llena de soledad de lámparas vacías.
En la memoria del corazón
está marchita una flor,
un nombre de mujer.
está marchita una flor,
un nombre de mujer.
Los ojos de la ausencia
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.
¿Quién conoce el nombre de esa mujer
que olvida su cabellera en los ríos del alba?
que olvida su cabellera en los ríos del alba?
¡Qué difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
El desmayo de una flor no se compara
al silencio de sus párpados cerrados.
al silencio de sus párpados cerrados.
Xavier Abril
GEOGRAFÍA
Aquí
en este lado
también los mapas son relatos de viajes
Un círculo pequeño
un país
una raya oscura traza el sendero
Pero los árboles no florecen en el plano
allí no son posibles las raíces
Nada va de mar a mar en esta parte
ves
nada es como tú y yo alguna vez lo soñamos
Cuando las palabras brillaban en silencio
arriba no alumbraban las estrellas
y todo bajo el mismo pedazo de cielo
Es cierto
que pudimos lavar nuestros cuerpos con agua de río
que el rubor subió despacio
Las manos recorrieron cada ápice
cada beso borró
una a una las sentencias
Los recuerdos corrieron
aquella vez
la suerte del olvido
El mapa ha crecido en habitantes
y todo sobre el mismo pedazo de tierra
Los más yendo por los bordes
los menos
soberbios en el centro
Ves amor
nada es como tú y yo
alguna vez lo soñamos
en este lado
también los mapas son relatos de viajes
Un círculo pequeño
un país
una raya oscura traza el sendero
Pero los árboles no florecen en el plano
allí no son posibles las raíces
Nada va de mar a mar en esta parte
ves
nada es como tú y yo alguna vez lo soñamos
Cuando las palabras brillaban en silencio
arriba no alumbraban las estrellas
y todo bajo el mismo pedazo de cielo
Es cierto
que pudimos lavar nuestros cuerpos con agua de río
que el rubor subió despacio
Las manos recorrieron cada ápice
cada beso borró
una a una las sentencias
Los recuerdos corrieron
aquella vez
la suerte del olvido
El mapa ha crecido en habitantes
y todo sobre el mismo pedazo de tierra
Los más yendo por los bordes
los menos
soberbios en el centro
Ves amor
nada es como tú y yo
alguna vez lo soñamos
Alicia Salinas
IMITACIÓN A NARCISO
I
El amor está en el pubis,
en los dedos que acarician la floresta
y el estrecho espacio de tu carne palpitando
en las mismas caricias.
Desde la tristeza viene el amor
lleno de sal y saliva
como este dedo que baja
y sube
en el deslizante espacio de tu carne.
El amor siempre ha sido cueva, árbol,
follaje,
penetrando hasta las raíces mismas
del gusano,
allí donde el amor se derrumba
en sus propios huesos,
como una explosión de carne
dentro de la carne.
Abrazamos el amor
en imaginados besos y abrazos
para caer y no caer
blandamente en el abismo agitándose
en el viento.
Como el poeta en la página
acaricia la palabra muslo,
labio,
clítoris (que faltaba en estos versos),
cree el hombre tocar a la mujer
y la mujer al hombre,
como el poeta al poema,
y cada cual se besa a sí mismo
en los labios del otro,
cada cual se roza a sí mismo
en la piel del otro que ama
la imagen creada por sus propios ojos.
Así como el poeta se ama a sí mismo en el poema
y en la superficie de la letra,
así el hombre, la mujer
acarician el propio sueño imaginado en sus ojos
y cada uno ama el amor
que para sí mismo ha creado
en su propio espejo.
en los dedos que acarician la floresta
y el estrecho espacio de tu carne palpitando
en las mismas caricias.
Desde la tristeza viene el amor
lleno de sal y saliva
como este dedo que baja
y sube
en el deslizante espacio de tu carne.
El amor siempre ha sido cueva, árbol,
follaje,
penetrando hasta las raíces mismas
del gusano,
allí donde el amor se derrumba
en sus propios huesos,
como una explosión de carne
dentro de la carne.
Abrazamos el amor
en imaginados besos y abrazos
para caer y no caer
blandamente en el abismo agitándose
en el viento.
Como el poeta en la página
acaricia la palabra muslo,
labio,
clítoris (que faltaba en estos versos),
cree el hombre tocar a la mujer
y la mujer al hombre,
como el poeta al poema,
y cada cual se besa a sí mismo
en los labios del otro,
cada cual se roza a sí mismo
en la piel del otro que ama
la imagen creada por sus propios ojos.
Así como el poeta se ama a sí mismo en el poema
y en la superficie de la letra,
así el hombre, la mujer
acarician el propio sueño imaginado en sus ojos
y cada uno ama el amor
que para sí mismo ha creado
en su propio espejo.
Mario García
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