sábado, 24 de marzo de 2012

FERNANDO LAMBERG




Fruta


Muerdo esa fruta que vi crecer,
pasar del verde al amarillo,
recibir los saludos de la luz y del agua.
Siento su sabor ácido.
No me guarda rencor
ni se defiende
como si comprendiese
que su destino es unirse a mí,
que la elegí por que me gustaba.
Pienso que en el jardín
debiera surgir una muchacha
que se dejara morder
con esa dócil acidez.

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