viernes, 13 de abril de 2012

MARCOS SILBER





La plomada de luz…



La plomada de luz
da en la palma de una mano
donde alguien apunta: te amo.
Otra plomada de luz
da sobre la palma de otra mano
donde alguien lee: te amo.
No es necesario que nadie registre
el jubiloso temblor que sacude a la tierra
ni que responda a las campanas
que se hamacan detrás de la nuca del día.
Cursa pudorosa la brisa de la felicidad.

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