domingo, 20 de mayo de 2012

JUVENAL AYALA







Cuando ribereo Océano calmo




Cuando ribereo océano calmo,
no llegan a mis pies las olas

ni me traen tus pisadas;
es más, allá lejos, sol muriente

parece caer con lo inmenso,
también tus pies, cuerpo y risas.

Absorto observo el astro agónico,
clamando no sea despedida.

Que no muera otro día
sin ver los míos reflejos en tus ojos.

Cerca, tan cerca uno del otro.
Prolongación y puente de bocas.

Ocurre luego en la franja semihúmeda:
Ni olas ni sol ni ojos ni besos.


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