Moradas
mariposas
Fui
semilla de sol plantada en la tierra
parida
por un tornado de agua
entre
polvo estelar y alarido de colores.
Yo
quería nacer mariposa,
águila
y
que me crecieran doradas plumas,
pero
nací higuera de enormes raíces
y
me salieron ramas
y
de las ramas hojas
y
me nacieron ojos en la corteza.
De
las hojas brotaron palomas
y
acunaron suspiros mis rojos dedos,
y
mis manos abanicaron tinieblas
y
probé la manzana del Edén.
Supe
del sabor de la sangre
y
me punzaron los huesos
y
aprendí a llorar con mi sombra
y
a cargar la cruz del fruto de María,
pero
también probé la miel sagrada de la rosa
y
la carne del cordero
y
tuve sangre virgen en las venas
y
entre mis piernas el jugo de Adán corrió.
Mi
vientre parió moradas mariposas
que
alimenté con savia pura de abeja
y
me convertí en olmo
para
defender los frutos
y
ni sequías
ni
tempestades
arrancaron
mi tronco de la tierra.
Cantaron
muchas primaveras con sus inviernos,
maduraron
los higos y a la vida cayeron
y
se olvidaron de este árbol
y
desnudas quedaron mis ramas.
Dejé
de ser higuera y olmo,
me
crecieron alas
y
en las plumas colores
y
en los colores agua
y
me convertí en pez-golondrina.
Mis
lágrimas humedecen las escamas
y
los suspiros hacen volar mis alas
cuando
veo las semillas que mis frutos dieron.
Soy
feliz de haber nacido higuera,
volverme
olmo
y
ahora ser pez-golondrina
sin
nido fijo y sin cadenas.
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