sábado, 1 de septiembre de 2012

DAVID N. CAMPOS.





Pero sonrie



Hay en un destello la vida
escondida de millones de luces.
Hay en la mirada el reflejo,
ver las cosas, tocarlas a distancia
para no participar en el aburrido
afán de sonreír.

No soy el agua besada por el sol,
ni las bocas de los anfibios
que salen a respirar;
tal vez soy el respiro,
halo impaciente de la espera.

No hay un ser
no hay oxígeno,
hay esta miel lenta y cansina:
el aire
y sus ramas que se mueven,
como pasando la vida al otro.

Y toda el agua
todo el hidrógeno
y el oxígeno
y la mezcla de todo
lo que somos antes
de evaporarnos
abraza el grito de la muerte
el rayo del sol, el calor que nos eleva
y nos obliga a ser
siempre
este aire que no fluye
pero sonríe.


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