Breve
elegía a Blanca Estela Pavón
Ahora
y en la hora de nuestra muerta, amor, ahora y siempre,
Bajo
la consigna de la angustia y a la sombra del sueño,
Te
espero, te esperamos, paloma de nostalgia, suave alondra.
Un
sueño es una perla que se deshace al vuelo.
La
angustia es un misterio detenido en su muerte.
Decir:
una paloma, es ver que una esperanza se nos va, gota a gota.
Estoy
entre tu muerte y estoy entre tu vida
Bajo
tu clara sombra, al pie de la agonía.
Soy
el pequeño árbol que no seca su llanto
Soy
sombra de mi mismo, alcohol martirizado.
Soy
frágil, varonil, soy maltrecha nostalgia.
Soy
sombra de tu muerte y perfil de tu vida,
El
vaso de tu sangre, rosa de tus cenizas,
Estatua
de tu polvo, violencia de tu seda.
Soy
tu sollozo y soy la herida de tu vuelo.
Ahora
y en la hora de nuestra muerte, amor
Soy
mármol en tu lecho, clavel entre tu tierra,
El
oro en tu ataúd y el ciprés en tu tumba.
Ahora
soy un hombre con el luto en los hombros,
Soy
tu luto, tu negro, enronquecido y ciego
Ir
y venir, morir, nacer y estar muriendo.
Tú
fuiste la paloma del más perfecto vuelo.
Yo
invento la tristeza e invento la agonía.
Estoy
junto a tu muerte, que es mi propio veneno.
Estas
junto a mi muerte y yo soy tu elegía
6 de octubre de
1949
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