viernes, 7 de septiembre de 2012

ISRAEL CLARA






Un hombre entre los otros




Surgiste de un taller de arquitectura,
o quizá sólo fueras carpintero,
o artesano, o el dócil compañero
de las primeras vides. De la pura

canción del hortelano que murmura,
del esclavo que espera su madero
para ser conducido al matadero,
a aquel lugar que tu alma se figura.

Busqué entre mis recuerdos y enseñanzas,
entre mis años locos como potros,
el tiempo en que creí haberte olvidado.

Me abandoné a sus gritos y a sus danzas.
Tan sólo fuiste un hombre entre los otros.
Pero tu nombre sigue aquí a mi lado.



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