sábado, 27 de octubre de 2012

ADHELY RIVERO




  

Número de suerte




Me puedo quedar la noche pensando
y sacrificar la tristeza del día.
Todos estos años le he pedido a Dios
muchos años
para contar la experiencia de la vida que tienen
los hombres viejos.
Uno se levanta a diario
sobre la luz del amanecer, sale al trabajo,
se sienta como un jefe a esperar las dificultades
que traen los otros.
Habla con sabiduría, delante de una biblioteca
de la poesía contemporánea del mundo,
recuerda un verso, un buen verso, y salva
la jornada.
Hay días difíciles para el alma,
nos recogemos para que el sueño
revele un número de suerte.

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