No
sabes…
No
sabes cuanta violencia invade mi alma
y
lo concentrado que debo estar para aplacarla,
trabajo
de contención que no me agrada.
Mis
manos tiemblan de rabia,
mi
mandíbula se traba
Y
se dé cierto
que
la pasión todo lo arrasa,
y
no cabalgan en ella
cosas
gratas.
Por
eso guardo distancia.
aunque
mis noches sean igual de largas,
aunque
mis pupilas se contraigan,
nomas
porque te recuerdo
con
iracunda nostalgia.
Porque
se empaña mi razón
y
pienso que es mejor,
hacer
algo doloso
que
no hacer nada.
Más
no convocan mis ejércitos al agravio,
ni
velo armas.
Y
no es la razón la que gobierna,
es
el corazón
quien
levanta
un
muro invisible
donde
todo mi coraje amaina,
donde
todo mi dolor se calla.
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