jueves, 1 de noviembre de 2012

ROLANDO MORELLI






IV




Canto de adolescencia
Si una tarde vinieras dulcemente
y dulcemente te fueras otra tarde
cualquiera
pero nunca con manos tan monstruosas
como alas de murciélago
ni sin pies andariegos e incansables
Si volvieras de nuevo
sin palabras confusas
ni atardeceres largos
larga agonía lechosa de un cielo que no pasa
Si de nuevo vinieras
tal vez y te quedaras
sin esa persistente tristeza
como un gotear del alma
qué dulce hubiera(s) sido
Memorarte
Qué distinto


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