Evocación
Un
álamo cernía el sol
y
lo espolvoreaba en su nuca
suave
y pálido como un aliento.
Ella
sentada, firme y dulce, sobre la tierra.
Yo
tendido, con toda mi vida,
mi
cabeza en su falda y un brazo suyo
como
una rama dócil sobre mi cuello.
Mi
corazón y el tiempo justos, acompasados.
Luego
acelera el tiempo su corriente,
se
precipita todo compacto
como
un bloque de hielo flotante.
Arden
mis mejillas al roce vivo, continuado,
de
los días y de las noches.
Mi
corazón se acongoja detrás.
Y
abro los ojos.
Un
cielo asfaltado, frío, de gran ciudad,
y
un airecillo vivaz y desnudo como un pilluelo.
A
mi alrededor
extendida
por todo el mundo
una
gran soledad...
Mi
corazón temblando bajo el ala del Sur
De “Ala del Sur”
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