lunes, 25 de febrero de 2013

PEDRO GARFIAS





Evocación



Un álamo cernía el sol
y lo espolvoreaba en su nuca
suave y pálido como un aliento.
Ella sentada, firme y dulce, sobre la tierra.
Yo tendido, con toda mi vida,
mi cabeza en su falda y un brazo suyo
como una rama dócil sobre mi cuello.
Mi corazón y el tiempo justos, acompasados.
Luego acelera el tiempo su corriente,
se precipita todo compacto
como un bloque de hielo flotante.
Arden mis mejillas al roce vivo, continuado,
de los días y de las noches.
Mi corazón se acongoja detrás.
Y abro los ojos.
Un cielo asfaltado, frío, de gran ciudad,
y un airecillo vivaz y desnudo como un pilluelo.
A mi alrededor
extendida por todo el mundo
una gran soledad...
Mi corazón temblando bajo el ala del Sur

De “Ala del Sur”


No hay comentarios:

Publicar un comentario