Aves
de paz
Bajo
la sombra secreta de tus brazos
aves
de paz hacen su nido.
Aroma
dulcísimo del viento
meciendo
las ramas interiores,
hogueras
de sabor a hierba
antigua
llama
donde
nace temprana la promesa del mar.
El
mar borrando toda huella
todo
exilio,
dibuja
en la tarde una sonrisa húmeda.
La
tarde
sin
eco de fantasmas,
sin
eco de relámpagos
ni
lluvias consteladas;
la
tarde serenísima, de incendios decantada,
¿Quién
sino ella
Para
fraguar la lágrima?
Astilla,
dardo
tenaz de humo en sombra cauta
por
tacto incendiadote tu cuerpo y el mío,
va
dejando una espuma de fiebre que calcina.
Marea
de fuegos en un amanecer azul.
Intacto.
Espíritu
infinito el que bordean
aves
de paz,
tu
corazón y el vuelo.
De “Astillas de luz”
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