martes, 16 de abril de 2013

NATALIA LITVINOVA



  

Pero no hay mar



   Afuera, el mar golpea contra las piedras.
   La casa sella las ventanas y la espuma brota
de mi boca.
   Invoco el amanecer, pero el tiempo se quiebra,
y vuelvo donde nunca estuve.
   Esta casa que deshabito, exhala poemas,
y rompe mis brazos.


De "Grieta"

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